Finalmente, Luis XVI inició de nuevo la tentativa de Maupeou que había abandonado al principio de su reinado. El Parlamento, cercado durante día y medio por la fuerza armada, presenció el 6 de mayo el arresto de dos de sus miembros. El 8, se le privó del derecho de registro, que se concedió a un Tribunal pie-nario cuya composición garantizaba la docilidad. El ministro de justicia Lamoignon reformó además la organización judicial, pero sin afectar la venalidad, y suprimió, a título de ensayo, la tortura previa. Esta vez, la resistencia tomó un sesgo amenazador. El Parlamento de París, suspendido inmediatamente, fue reducido al silencio. Pero los demás Tribunales soberanos, los Parlamentos de provincia, una parte de los tribunales subalternos, multiplicaron las protestas, y estallaron disturbios en varias ciudades. En Grenoble, el 7 de junio, en el momento en que él Parlamento exiliado iba a dejar la ciudad, la población apedreó desde los tejados a la guarnición y obligó a las autoridades a ceder; ésta es la llamada Jornada de las Tejas. Paralelamente, la creación de las Asambleas provinciales no había tenido como resultado más que debilitar la autoridad de los intendentes y desencadenar otras manifestaciones temibles. En varias provincias los nobles reclamaron simplemente el restablecimiento de los antiguos Estados provinciales. El 21 de julio de 1788, en el castillo de Vizille, una asamblea preparatoria convocó a los del Delfinado, y Brienne ratificó esta iniciativa revolucionaria. La Asamblea del clero, por su parte, lo abrumó con advertencias v volvió a insistir sobre la reunión de los Estados Generales. Brienne finalmente los convocó para 1789, y al verse sin recursos, presentó su dimisión el 24 de agosto. Necker, llamado de nuevo, reinstaló al Parlamento.
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